"LA VOZ DEL SILENCIO".


"RELATOS LEVES".

    “A los críticos, que acechan inmóviles desde las sombras, sin hacer nada”.

( Lucién Bosán ).


    Esperaste demasiado del silencio sin pensar que su mudo lenguaje jamás podría ser el bálsamo que sanara tus heridas. Refugiarse en la soledad, alejada de las palabras amigas, es una actitud pusilánime, que no hace sino apagar más nuestro ánimo ante el duro discurrir de la vida.
Después de una experiencia tan atroz como la que viviste, tu desesperado intento de suicidio, tu disposición ante la vida pareció tomar un nuevo rumbo o eso al menos nos hiciste creer. Algo extraño que no quisiste compartir con nadie, continuaba dominando tus impulsos, arrastrándote en una poderosa vorágine hacia un mar proceloso de dudas constantes e inquietantes. Quisiste marchar durante un tiempo lejos de nosotros y lo aceptamos pensando que tal vez la experiencia de la distancia te ayudaría a enderezar tu atormentada existencia. Estábamos equivocados. No fuiste capaz de avisarnos y no nos percatamos de la agonía en la que te estabas debatiendo. Una vez más no fuiste sincera, ni contigo ni con ninguno de los que estábamos a tu lado. La naturaleza es sabia y armónica y no quiso desprenderse de uno de sus frágiles acordes. Regresaste tan mal como te marchaste. Ahora, al repasar tu historia, sentimos la dicha y el alivio de no haberte perdido. Estás de nuevo aquí, entre nosotros, rodeada de tus seres más queridos y no obstante, por alguna extraña razón que no acabo de comprender, te percibo lejana y distante, envuelta en una inquietante penumbra en la que no permites que brille la luz. La incertidumbre de tu existencia permanece intacta y la llave que puede abrirte las puertas de los posibles caminos sólo obra en tu poder, guardada como el más sagrado de los secretos. En muchas ocasiones me he preguntado qué fuerza misteriosa te impide decidirte a compartir, a disfrutar de una música amiga que envuelva de alegría la triste voz de tu silencio.

    Es difícil dar consejos cuando sabes que de nada sirven. Los consejos son palabras y las palabras no suenan en tu silencio. Ayudarte es tan complicado y desesperante que a duras penas uno soporta tal sufrimiento. Sufres tú, en tu solitario infierno, y sufrimos los demás por no tenerte entre nosotros.

    Los tortuosos caminos que la vida nos brinda se ofrecen ante ti, con la posibilidad de poder avanzar por ellos de manera feliz o por el contrario envuelta en un constante tormento. La decisión sólo depende de ti y sin tu convencimiento y determinación, te resultará un enigma indescifrable tomar el rumbo de tu propia vida.

    La vida nos brinda oportunidades, de ahí su grandeza. El comienzo de algo nuevo y reconfortante es una opción de la que podemos disfrutar hasta el final de nuestros días. Has de tener presente que la vida está delimitada por el paso del tiempo y éste fluye al margen de nuestras dudas y vicisitudes. No se debe desperdiciar, su generosidad es infinita y la alternativa de cambio está presente. El tiempo es exigente y castiga con crueldad a quien desaprovecha su capacidad de reacción. Nunca dejes de tener presente esto, ha de ser un pensamiento que te acompañe en tus desvelos y que te ayude a recorrer el fantástico viaje de tu experiencia vital. Contémplate a ti misma sin dejar de contemplar a los demás. No eres el centro del universo. Eres tan sólo una estrella más en el firmamento. Utiliza tu silencio para mirarte en el espejo y convencerte de que el pensamiento nos deja inmóviles y de que actuar nos libera de la insatisfacción. Eres la guionista de tu obra más auténtica y ésta jamás se representará si tú misma no la interpretas. No esperes ser feliz tan sólo pensando, porque la mayor recompensa se encuentra al actuar. Uno se vanagloria o se atormenta al escribir su personaje. Para enfrentarse al mundo, a sí mismo, a los demás, uno ha de saltar valiente al escenario. No hay otra vía de armonía vital posible. Lo que uno escribe perece si alguien no lo lee. Lo que uno hace quedará para los demás y para uno mismo. Tus pensamientos son planos, esbozos de un edificio a la espera de ser construido y de levantar sus cimientos. Terminar la obra es un deber pendiente que sólo a ti te compete. Aleja las sombras que enturbian la luz que posees e inicia el camino eligiendo el sendero que más te reconforte. No has de preocuparte si tomas una dirección equivocada. Preocúpate si no lo haces. Errar es vivir y la vida verdadera sólo está al alcance de los que pueden permitirse el lujo de equivocarse. De los errores que uno comete se aprende, lo habrás escuchado infinidad de veces, de los pensamientos que uno tiene no se puede conseguir más que una sabiduría idealizada lejos de la experiencia. No se aprende a vivir tan sólo de pensar y menos en soledad. El significado de la vida se adquiere al afrontar, al actuar, en definitiva, al obrar. Hagas lo que hagas estarás enriqueciendo tu existencia. Sumergida en tus cavilaciones no lograrás más que dar pábulo a tus ideas, distantes de la realidad.

    Has regresado al fin, la vida ha cumplido una vez más su generoso rito. Muéstrate agradecida, a fin de cuentas no supone un gran esfuerzo reconocer que uno se encuentra donde estaba al principio. Hallarse en el comienzo es una experiencia apasionante. Tienes ante ti el mayor de los dones, el más inabarcable de los tesoros que puedas imaginar. Respétate a ti misma, concédete este simple capricho, y después respeta también a los demás. Uno ha de quererse para poder querer. Sé generosa contigo misma y lo acabarás siendo con quienes te acompañan sin darte apenas cuenta. Este es el mejor de los comienzos. Resulta apasionante el inicio de los primeros pasos cuando uno se siente seguro de querer darlos. Si consigues ponerte en camino te espera un largo recorrido repleto de abismos, desfiladeros y peligrosos laberintos. Es la vida y no has de sentir miedo. El miedo como el silencio, inmovilizan, son malos compañeros de viaje. No has de contemplarlo como un deber sino como un poder. Puedes convertirte en una hacedora, título más valioso que el de crítica, sin apenas mérito alguno. Pasarás por la vida y dejarás una huella imborrable por haber hecho lo que pensaste y no por haber pensado lo que nunca hiciste. Reflexiona sin perder tiempo. El tiempo sólo lo pierden los que nada se proponen y para ti, que puedes ponerte ya en marcha, el tiempo es como una hoja en blanco que espera anhelante ser escrita con tu experiencia vital.

    Tal vez lo que te escribo acabe siendo un largo sinfín de vanas ilusiones. La ilusión forma parte de nuestras vidas, es un medio de transporte muy barato que nos puede llevar gratis a cualquier rincón del mundo. Permite que te liberes por un breve espacio de tiempo de la pesada carga de la monotonía. Lo importante es que también alcance tus más íntimos anhelos. Tus sentimientos apagados te impiden disfrutar de ella. Cuando emprendas el camino la descubrirás como una fuente de inagotables satisfacciones. Conocerás por fin el reverso de la moneda y dejarás de deambular solitaria, para caminar firme y segura. Vivir no es lóbrego ni oscuro, lo haces siniestro y desesperanzado tú misma. Lo maravilloso de la vida es que te permite que puedas no empeñarte en ello. Déjate llevar por el torrente de tus ilusiones y conviértelas en vivencias reales. Eres libre para ser dichosa o para no serlo. Transforma tu libertad en ilusión y tu ilusión en vida.

    Comienza un nuevo camino y deja que el camino te sorprenda. No mires atrás y si lo haces que sea para que te sientas feliz al pensar en lo que tienes por delante.

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( Lucién Bosán ).


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