"UN TIPO DIGNO".


"BREVIRRELATO".


    Solía visitar a un viejo amigo con cierta frecuencia. Me gusta andar, pasear por la ciudad y pese a la distancia daba una larga caminata hasta su casa para disfrutar de su compañía y saber de su vida. En el trayecto acostumbraba a encontrarme con un sonriente necesitado de esos que piden una ayuda a los transeúntes que pasan a su lado. Saludaba a la gente, extendía su mano y sonría. A veces ayudaba a montar la terraza en un bar próximo pero lo normal era encontrarlo sentado en la repisa de un ventanal de una sucursal bancaria. Cuando le dabas alguna moneda te devolvía las gracias con una mirada alegre que te penetraba hasta lo más hondo. Era un perdedor o quizá un alma rebelde que se atreve a echarle un pulso al sistema, quién sabe.

    Para mí era un personaje esencial y especial del paisaje urbano en mi frecuente recorrido. A fuerza de verle, de saludarle y de ayudarle en cierta medida, entablé relación con él. Me detenía un momento, le preguntaba qué tal le iba, le estrechaba la mano, cruzábamos unas palabras y me dejaba invadir por el calor de su sonrisa y por la sinceridad de su mirada. Un tipo digno sin duda. ¡Cuántos de ellos hay en las ciudades pidiendo ayuda! Es curioso, voy caminando y aún percibo las ganas de llegar a su encuentro. Me sentía tan bien cuando le veía. Buscaba el apoyo de su presencia para seguir el viaje. Lo que esperaba de nosotros lo recibía a cambio de nada. En aquel entonces pensaba, mañana le veré, pararé a repostar de su gesto alegre y su cariño y seguiré mi paseo. Pensaré mientras me alejo y aún me giro para lanzarle un último saludo, qué será de su vida cuando no coincidamos en el trayecto. Seguirá regalando sonrisas a cambio de una pequeña ayuda, alegrando sin saberlo el camino de algún paseante solitario.

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( Lucién Bosán ).


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