"UN AMIGO ÚNICO".


"BREVIRRELATO".


En recuerdo de Gregorio Medina…


    Hay un amigo presente en mi memoria que me acompaña allá donde voy. Un amigo especial que perdí hace años por una despiadada y maldita enfermedad. Es extraño, es una de las personas que más echo de menos. Viví con él unos años intensos y compartimos nuestros más íntimos secretos. Creo que es el único amigo con el que he llorado y el único que ha llorado conmigo. Han pasado muchos años y sigue a mi lado y siento su ausencia como una puñalada de hielo. Me iré y será mi compañero en el último viaje. Amigo fiel e insustituible. Una persona estupenda que entra en mágica comunión contigo y a la que te sientes unido por un vínculo emocional poderoso e intenso. Es como si fuera un tesoro al que no renunciarías por nada. Te querré hasta que me vaya, Gregorio, y te añoraré hasta el final de mis días. Es una deuda que te debo por lo que vivimos y por lo que me ofreciste de ti mientras estuvimos juntos. Hay amigos y compañeros de viaje pero tú eras ese amigo único unido por un sentimiento profundo casi inexplicable. Quería escribirte estas líneas para sentirte todavía más cerca y por dejar constancia de mis sentimientos hacia ti. Empiezo a tener borrosa tu imagen pero aún la distingo y sigo siendo capaz de visualizar tu sonrisa, esa sonrisa feliz y socarrona. Tan ocurrente y divertido, tan buen compañero de fatigas. Un apoyo constante en unos años durísimos de trabajo, de muchas tensiones y problemas. Y tu voz con ese acento tan marcado y llena de tantos matices. Qué bien cantabas y qué facilidad para entonar cualquier tema. Repleto de anécdotas graciosas y todo un maestro a la hora de contar chistes y gastar bromas. Lleno de chispa, de ingenio, siempre de buen humor, con un repertorio inacabable de ocurrencias. Nos encontrábamos con un abrazo y nos despedíamos con otro. Recuerdo cuando te diagnosticaron la grave enfermedad y cuando me llamaste para contármelo. Terminabas de salir de la consulta. Fue durísimo. Llorabas mientras me lo contabas y yo lloraba al escucharte. No querías despedirte. Eras de esas personas aferradas a la vida que exprimen cada segundo de ella. Menos mal que no te faltó apoyo y que estuviste acompañado en todo momento. Rodeado de amigos y conocidos, con una vida social intensa y al que se veía feliz disfrutando en compañía. La suerte fue que nos lo dijimos todo mientras estuvimos juntos y ahora no siento lástima de no haberme dejado algo por contarte. Me hubiera gustado estar más cerca en tu etapa final pero sé que tuviste a tu lado a tus seres más queridos, a tu mujer y a tus hijos y a un buen puñado de amigos y conocidos. Va por ti, Gregorio, “amigo del alma”. Esa expresión la usábamos en los correos que nos mandábamos y en las llamadas que nos hacíamos. Teníamos un lazo estrecho, un vínculo tan profundo, tan nuestro. Que sepas que sigues vivo en mi memoria y que formas parte de mi vida y que cuando me vaya seguro que uno de mis últimos pensamientos será para ti. Te lo debía. Había que saldar la deuda. Te quiero amigo, te querré siempre.

***


( Lucién Bosán ).


******

Comentarios

Entradas populares