"VECINOS".



"RECUERDOS DE INFANCIA".


"RELATOS LEVES".


    Mis padres mantenían amistad con algunos vecinos de la escalera. Fueron amistades que se perdieron con el paso del tiempo, unas por malentendidos, por pequeños enfrentamientos, y otras simplemente por distanciamiento. Teníamos una vecina debajo de nuestro piso. La familia la conformaban ella, su marido y sus cinco hijas. Eran muy buena gente, llanos y generosos y estaban ahí cuando los necesitabas. Fueron de los pocos con los que no perdimos la relación en aquellos años. Su marido era un tipo jovial, lleno de vida y que reía constantemente. Fuerte como un roble. Subía muchas veces a casa para charlar con mis padres. Sus visitas nos alegraban a todos porque era de esas personas de arrollador optimismo y vitalidad. Trabajaba de jefe de bomberos en la base americana y nos traía a veces chicles “genuinamente americanos”, un auténtico tesoro para mi hermano y para mí en aquel entonces. A mi padre le regalaba paquetes blandos de Marlboro, con el sello azul de los EEUU, que fumaba con exagerado placer. Los dos eran fumadores empedernidos. Entonces la mayoría de hombres fumaban y bebían. Eran muy pocos los que no hacían una cosa u otra.

    Los vecinos formaban parte de tu vida, compartían contigo el día a día. Eran gente amiga, entrañable. Disfrutabas de su presencia y ocupaban un espacio importante en el devenir de tu existencia.


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( Lucién Bosán ).



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