"NACIONALISMOS".

"BREVIRRELATO".

    Uno se cansa de escuchar soflamas nacionalistas. En ocasiones llegas a perder los nervios porque el asunto chirría y porque al final, al no haber cabida para el diálogo, aflora la rabia y la impotencia. No entiendo la insistencia de algunos en tratar de resolver el asunto por la vía de la política o del diálogo. ¿Qué dialogo o que política se puede utilizar con quien no quiere nada más que la separación? ¿De qué vas a hablar o qué puedes pactar? El diálogo lo reclaman ellos pero simple y llanamente para que se acepten sus peticiones sin tener en cuenta jamás la opinión de la otra parte. El nacionalismo enerva porque es la negación de la otredad y cuando se radicaliza afloran los peores instintos y las más bajas pasiones. El odio se muestra agazapado hasta que al fin se erige en protagonista. Las experiencias nacionalistas del pasado son terroríficas y basta recordar pasajes de la reciente historia de Europa. La unión hace la fuerza respetando el hecho diferencial y las grandes conquistas de los pueblos han estado basadas en su actuación en conjunto, luchando todos por el bien de todos. Cuando los esfuerzos de la mayoría nos llevan poco a poco a sentirnos ciudadanos del mundo y cuando las fronteras son cada vez menos visibles, ¿qué sentido tiene buscar la separación?¿por qué ese empeño en retroceder? El Estado debe ser el aparato que aglutine a las naciones, a las regiones, a las comarcas, ciudades, pueblos, familias y domicilios. Debe primar la unión disfrutando de la diversidad. Cuando vivimos un proyecto en común forjado a lo largo de siglos de historia, ¿qué sentido tiene querer resquebrajarlo? Me asusta el nacionalismo porque más pronto que tarde surge el empecinamiento y la sinrazón, y la voluntad de una parte se trata de imponer a la otra sí o sí, sin respetar que pueda existir un sentimiento no nacionalista. El mensaje es claro y cruel, hay que eliminar al otro bando. Vuelve una y otra vez el maldito rencor español, el ansia irracional por acabar con el que opina distinto que tú.

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( Lucién Bosán ).


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