"LEVIGRAMAS II".

    Se puede llegar al fin siendo un cobarde porque para dejar de serlo hay que ser valiente y por lo normal el cobarde es de pocos cambios.

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    El nacionalismo es ciego, sordo y mudo. Vive una realidad inventada. No escucha voces que discrepen y aglutina a fieles incapaces de dialogar. Genera violencia, la engendra y se alimenta de ella y esa misma violencia lo devora y se encarga de ponerle fin.

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( Lucién Bosán ).


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