"EL SENDERO DEL PECADO".


"BREVIRRELATO".

    “Si nos falta perspectiva para dominar una ilusión, es mejor que la miremos de reojo.”

(Carlos Gómez Rico).


    El pecado que duele es compañero del remordimiento. Sólo sufre el pecador que reconoce su pecado. Busca consuelo en su dios más cercano, pide su ayuda y anhela sentir la fe que dulcifique el dolor que se siente por el error cometido.

    El camino de la redención es oscuro y tortuoso. Lleno de dudas e indecisiones, de miedos y temores. El pecador sin remordimiento es un ser siniestro, alejado del bien que se siente cómodo envuelto en el mal.

    Sentir la tentación y caer en el pecado forma parte de nuestro viaje existencial. Debilidad y fragilidad nos permiten seguir avanzando en nuestro devenir. Humildes ante la imperfección y serenos ante la adversidad. Al final la luz, un hueco para la esperanza, una oportunidad nueva para seguir paso a paso apartando las piedras que nos hacen tan difícil el camino.

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( Lucién Bosán ).


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