"AMIGOS".


"RELATOS LEVES".

"RECUERDOS DE INFANCIA".

    Entablé amistad con varios niños de mi escalera y formamos un grupo que se mantuvo muy sólido durante años. Solíamos pasar a buscarnos unos a otros y bajábamos a la calle que en aquella época era como un inmenso parque temático. Teníamos de todo y podíamos jugar a lo que se nos ocurriera sin sufrir temor alguno. Nuestras madres se olvidaban de nosotros y hacían su vida tranquilas sin mostrar preocupación alguna salvo si nos demorábamos en regresar a casa, especialmente por la tarde. Si esto sucedía se asomaban a la ventana o en mi caso a la terraza y gritaban nuestro nombre con voz de enfado y alarma. Era un toque de queda que cumplíamos a rajatabla y cuando lo escuchábamos, corríamos veloces de vuelta a casa. La calle estaba sin asfaltar, llena de piedras, de agujeros y montículos. Había una larga tapia frente al portal de mi casa que rodeaba un jardín enorme. Pertenecía a una vieja fábrica ya abandonada y que se extendía en numerosas naves y edificios en muy mal estado. Disponíamos así de un escenario único para jugar a lo que se nos ocurriera y para investigar un sinfín de recovecos y de lugares misteriosos e inaccesibles. En la infancia la imaginación es una fuerza muy poderosa y en ese contexto nos inventábamos cientos de historias que acababan convirtiéndose en leyendas urbanas. Nos gustaba en particular hacer pequeñas cabañas con los restos de materiales que encontrábamos y a las que nosotros llamábamos casetas. Pasábamos tardes enteras disfrutando de ellas. También sentíamos debilidad por hacer hogueras. El peligro y la magia del fuego tienen un atractivo particular en la niñez. A veces comprábamos patatas a escote en la tienda de ultramarinos o las bajábamos a hurtadillas de casa, y las asábamos. Era un deleite comérnoslas sentados dentro de la caseta. Nos sabían a gloria. Las canicas y en especial las carreras de chapas eran aficiones a las que dedicábamos también muchísimo tiempo.

    Los amigos de la infancia forman parte del álbum vital de cada uno. Su recuerdo es imborrable y cuando te dejas llevar por la nostalgia, su presencia llena de una emoción intensa ese mágico momento.

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( Lucién Bosán ).


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